Desde que se inicio el lavado de ropa como actividad cotidiana en todas las culturas, esta fue secada al sol, ya fuese tendida en los prados, techos o guindada en arboles o cuerdas destinadas para ello. Sin importar como fuese ese proceso, lo realmente importante, era secarla para poder volver a usarla.
Con el paso de los años y los inmensos avances de la tecnología, se han inventado y creado artefactos que nos ayudan al secado de la ropa. Estos a su vez han evolucionado desde sus inicios, convirtiéndose en piezas indispensables en cada hogar.
¿Qué es una secadora de ropa?
Una secadora de ropa es un electrodoméstico (en la actualidad) que como su nombre lo indica, permite el secado de la ropa, utilizando la electricidad, transformada en calor, como fuente primaria de energía.
Básicamente se introduce aire caliente dentro de una tina, la cual va girando poco a poco la ropa, lo que da como resultado que esta se seque paulatinamente. Al mismo tiempo cada secadora posee filtros de pelusas, que se pueden desprender de las piezas de ropa, como parte del proceso.
¿Cuándo se invento la secadora de ropa?
La secadora de ropa como tal se inventó para finales de 1800. Dando el inventor francés Pochons, los primeros pasos con la invención de un ventilador, pieza fundamental de la secadora. Este era una tina con huecos donde se colocaba la ropa húmeda y se ponía a girar manualmente, sobre el fuego.
Pero tuvo varios inconvenientes, la ropa se impregnaba de hollín, olor de brasas y en ocasiones llego a quemarse o a “ahumarse”. Pero históricamente se ha conocido esta secadora como la primera inventada de tipo “manivela”.
A finales de 1800, George Sampson, declaró la patente de lo que fue llamada la primera secadora de ropa. Basándose en la de Pochons, pero logro separar la carga de ropa de la fuente de calor que la secaba. Donde el calor provenía de una especie de cocina o estufa, siendo más segura y fácil de usar.
Para el siglo XX, un inventor estadounidense llamado J, Ross Moore rediseño el inicial concepto de secadora convirtiéndolas en automáticas, utilizando la energía eléctrica como fuente primordial de funcionamiento y de poder.
Para el año 1915, ya algunos hogares podrían disfrutar de los beneficios de las secadoras, pero el precio de este invento era alto y solo las familias de grandes recursos podían costearlo. Para mediados de siglo se fueron haciendo más populares y fueron comercializadas a grande escala para 1938.
En 1940, Brooks Stevens, patento la primera secadora con ventana de cristal, que permite ver el proceso de secado de la ropa. Para el año 1946 algunas marcas incluyen en sus modelos, controles de temperatura del aire caliente, temporizadores, ciclos de enfriamientos o tubos de escapes simples.
A mediados de siglo, se comenzó a utilizar “los sensores de sequedad” que permiten que la secadora se detenga, inmediatamente al secarse totalmente la carga que contiene. Para el año 1965, se introduce a la secadora el ciclo de “planchado permanente”.
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